Hay personajes que hacen mucho ruido en el mundo. Pero a muy pocos le impactan.
Existen otros que son silenciosos, pero marcan el corazón. ¡Uno de ellos es el papa Benedicto XVI!
Tuve la fortuna de estar en Roma cuando su predecesor, San Juan Pablo II murió, y él fue elegido. Y hoy quiero compartir contigo 4 lecciones que dejó grabadas en mi corazón.
1ª Coherencia
Muchos lo criticaron cuando era cardenal, y todavía más cuando fue elegido Papa. Es más, todavía hoy, que ya no está con nosotros, muchos lo siguen haciendo.
Pero él siempre fue una persona coherente, que no se dejó empujar por nadie que no lo acercara más a Cristo.
¡Vaya compromiso me deja!
2ª La fuerza de la razón
Un hombre profundamente piadoso, lleno de fe, y, precisamente por eso, también lleno de razón.
Jamás tuvo miedo de pensar las cosas, de cuestionarlas, porque estaba convencido de que la fe y la razón no están peleadas, sino que son hermanas de un mismo padre: Dios.
Como católicos debemos pensar más las cosas, estudiar, profundizar, y entonces descubriremos la riqueza de una fe que va más allá de la razón, pero que no la contradice.
No cabe duda que el 31 de diciembre de 2022 llegó al cielo uno de los grandes teólogos y pensadores de nuestra época.
3ª A ser revolucionario
Como joven sacerdote fue llevado por su obispo como consultor al Concilio Vaticano II. En aquél entonces muchos le consideraban un progresista.
Es curioso que con el tiempo, aquellos que quisieron malinterpretar la letra y el espíritu del Concilio, lo tildaban de conservador.
Una vez más, un hombre fiel a la verdad y coherente, y por eso un verdadero revolucionario.
4ª A centrarse en Dios
Pero su lección más importante fue y será siempre la importancia de centrar todo en Dios.
Su reverencia y amor a la Eucaristía fue siempre muy palpable. Su profunda vida de oración, más que alejarle del trabajo, le daba el sentido y la fuerza que necesitaba. La Teología, ciencia que estudia a Dios, siempre la hizo “de rodillas”, desde una fe profunda.
En fin, un hombre que, al tener a Dios al centro, fue capaz de dejar una huella en todos nosotros.
Sólo la historia tendrá la última palabra sobre el tesoro y el legado histórico de este gran Papa. A nosotros nos queda solamente agradecerle a Dios por su vida, y encomendar su eterno descanso.
¡Gracias, Benedicto XVI! ¡Intercede por nosotros, que somos hijos de tu amada Iglesia!
Felicidades Padre Adolfo, usted desde entonces muy sonriente y lleno de la gracia del Señor. Qué dicha estrechar la mano de su Santidad Benedicto XVI.
Es tiempo de que lo llamen para ser un celoso y cumplido Obispo de la sana doctrina del Señor; como lo fue Benedicto.
Mi familia y yo le conocimos en la JMJ MADRID 2011, FUE UNA GRATA EXPERIENCIA.
Escuchamos sus homilías, mensajes, catequesis... el lema era «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe».
Después en Guanajuato México estuvimos muy cerca de él... escribí un libro dedicado a él y a San Juan Pablo II , pero nunca pudimos entregarlo. Tenemos años rezando por él mi esposo, hijos y yo.
Agradezco PROFUNDAMNETE a Dios haber conocido a este Santo SÚBITO.
Ma. de los Ángeles Gutiérrez López