Newsletter del Padre Adolfo
Newsletter del Padre Adolfo
¡Una gran noticia!
0:00
-6:44

¡Una gran noticia!

Un nuevo servicio lleno de esperanza

Sí, una gran noticia: ¡hoy comencé un nuevo servicio lleno de esperanza! Se trata de un nuevo newsletter llamado Más Esperanza.

Cada lunes recibirás en tu correo una reflexión como la que te anexo a continuación. ¡Ojalá te inscribas y de antemano te agradezco tu apoyo a mi vida y ministerio!

Más Esperanza

A continuación el primer envío:

Evangelio del domingo 20 de octubre de 2024

San Marcos 10, 35-45:

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte". Él les dijo: "¿Qué es lo que desean?". Le respondieron: "Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria".

Jesús les replico: "No saben lo que piden. ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo con que seré bautizado?". Le respondieron: "Sí, podemos". Y Jesús les dijo: "Ciertamente pasarán la prueba que yo voy a pasar y recibirán el bautismo con que yo seré bautizado; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; eso es para quienes está reservado".

Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo: "Ya ven que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes. Al contrario: el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos".

Introducción: ¿Qué es lo que deseas?

En el Evangelio de hoy, Jesús nos invita a reflexionar sobre nuestros deseos más profundos.

Santiago y Juan piden un lugar de honor junto a Jesús, pero Él les revela que el verdadero camino a la grandeza es el servicio. Nos recuerda que no siempre sabemos bien lo que pedimos.

¿Qué es lo que deseas en lo profundo de tu corazón? Es una pregunta que nos desafía a alinear nuestros deseos con los de Dios.

Oremos juntos: Señor Jesús, abre nuestros corazones para recibir tu Palabra hoy. Danos la humildad de reconocer nuestros deseos y la sabiduría de pedir lo que realmente nos conduce a la vida eterna. Que tu Espíritu Santo nos ilumine para entender el mensaje de tu Evangelio y transformarnos según tu voluntad. Amén.

1. Tu corazón está hecho para desear cosas grandes

Todos estamos llamados a la grandeza. El deseo de Santiago y Juan de estar cerca de Jesús en su gloria revela esta verdad. En lo profundo de nuestros corazones, anhelamos algo más grande que nosotros mismos: buscamos amor, plenitud y, en última instancia, la vida eterna.

Como enseña el Catecismo de la Iglesia Católica n. 27, " El deseo de Dios está escrito en el corazón del hombre, porque el hombre es creado por Dios y para Dios; y Dios nunca deja de atraer al hombre hacia él.". Este deseo nos impulsa hacia lo divino.

Siempre recordemos que la verdadera grandeza no se encuentra en los honores del mundo, sino en el amor y el servicio. Así como Jesús fue enviado no para ser servido, sino para servir, nosotros estamos llamados a seguir su ejemplo, buscando la grandeza en el don de nosotros mismos.

2. Pero a veces nos equivocamos

A pesar de nuestros nobles deseos, muchas veces nos equivocamos en la forma de buscarlos.

Santiago y Juan pensaban que la cercanía a Jesús significaba poder y prestigio. De igual manera, nosotros podemos caer en la tentación de desear el éxito, el reconocimiento o el poder por encima de la verdadera humildad y servicio que Cristo nos enseña.

Jesús nos advierte que no siempre sabemos lo que pedimos, pues nuestros deseos pueden estar distorsionados por el egoísmo o la ambición.

Esta equivocación se refleja también en el Antiguo Testamento, cuando el pueblo de Israel pidió un rey para ser como las otras naciones, olvidando que Dios mismo era su rey (recordemos1 Samuel 8).

A veces buscamos soluciones mundanas a deseos espirituales, pero solo en Dios encontraremos la respuesta verdadera.

3. Cómo desear siempre lo más grande: el cielo

Jesús nos recuerda que el deseo más grande debe ser el cielo, la vida eterna junto a Él. Esto no se logra a través del poder o del éxito mundano, sino mediante el sacrificio, el servicio y la entrega.

Como dice el Evangelio, "el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos". Para desear siempre lo más grande, debemos aprender a poner a los demás primero y a servir con humildad.

El Catecismo nos dice en el número 2548: "El deseo de la felicidad verdadera aparta al hombre del apego desordenado a los bienes de este mundo, y tendrá su plenitud en la visión y la bienaventuranza de Dios".

Cuando orientamos nuestros deseos hacia Dios, experimentamos una libertad interior que nos permite vivir para el Reino y no para los placeres pasajeros. Jesús nos enseña a desear el cielo por medio del amor y el servicio.

Ideas de compromisos personales

  1. Identifica un área en tu vida donde puedes servir más a los demás, ya sea en tu familia, en tu trabajo o en tu comunidad. Elige una acción concreta que te ayude a poner a los demás por delante de ti.

  2. Reflexiona sobre tus deseos más profundos en oración. Pide a Jesús que te ayude a discernir si esos deseos te conducen a Él o te alejan de su voluntad. Ajusta tu vida a lo que verdaderamente te conduce al cielo.

  3. Busca un libro que te ayude a pensar en las cosas del cielo.

Oración final

Señor Jesús, te damos gracias por recordarnos que nuestros corazones están hechos para la grandeza de servirte. Ayúdanos a orientar nuestros deseos hacia ti, a buscar siempre lo que realmente nos conduce a la vida eterna. Te pedimos que, con la intercesión de la Virgen María, podamos seguir tus pasos con humildad y generosidad, confiando en la acción del Espíritu Santo en nuestras vidas. Que nuestros compromisos de hoy den fruto abundante para tu Reino. Amén.

Suscríbete y apóyame aquí:

Más Esperanza

¡Recen por mí, que yo rezo por ustedes! ¡Bendiciones! Padre Adolfo, L.C.

Newsletter del Padre Adolfo
Newsletter del Padre Adolfo
Reflexiones prácticas para vivir la fe y transformar el mundo.
Escuchar en
App de Substack
RSS Feed